sábado, 3 de mayo de 2008

Ciudad de Campo

Usted se preguntará: "¿Cómo puede ser que una ciudad, industrial, comercial y del conurbano bonaerense parezca un pueblo?" Parece raro, pero lo es. Llavallol es una ciudad de campo y lo puedo demostrar. ¿En qué otra gran ciudad le pasaría esto?:
Usted baja del colectivo en la estación. Llega a la ventanilla, hace la cola para sacar el boleto y cuando está esperando el cambio de la transacción usted escucha: "¡Hey! ¿Vas para Plaza?". Usted gira enérgicamente la cabeza hacia el lado de la calle preguntándose con qué pesado tendrá que compartir el viaje. Pero nada. Entonces, ya un poco extrañado mira hacia el andén, y es entonces cuando lo ve. El tren, el tren eléctrico, parado, y en la última puerta del último vagón el guarda, esperando una respuesta. Lógicamente usted se ha quedado atónito por lo que el buen hombre repregunta: "¿Vas para Plaza?". Usted atina a mover la cabeza afirmativammente. El guarda responde: "Bueno. Apurate que te espero".
Ahora contésteme: ¿En que otro lugar lo esperaría el eléctrico?. Respuesta: en ningún lugar. Sólo en Llavallol pueden pasar este tipo de cosas.
Ahora usted puede decir que se trata tan sólo de un hecho casual y aislado que puede pasar en cualquier lugar de la provincia y del mundo. Pues le garantizo que no. Entonces vallamos a otro ejemplo:
Imagine que usted es una dama que tuvo la mala suerte de encontrarse en Camino de Cintura y Pobladora a las dos de la mañana. Usted tiene que caminar al rededor de quince cuadras hasta su casa y, considerado el estado de situación de la provincia, se encuentra frente a un camino peligroso o al menos complicado. Hace las primeras dos cuadras y al cruzar por la plaza se le hacerca un hombre que parece un linyera. Es un linyera, con barba, perros y todo. Por supuesto usted tiene mucho, pero mucho miedo. El hombre se sigue acercando. Usted intenta una salida, pero pronto se da cuenta que no le queda otra que seguir caminando. El linyera está a casi un paso y cuando usted ya imagina la tapa de los diarios anunciando su desaparición escucha que él le dice: "¿Que hace una chica caminando sola a estas horas de la noche? Mejor la acompaño a su casa para que no le pase nada". Y si. El hombre se llama Luis, y como tiene mucho tiempo libre, camina a su lado charlando sobre la vida, la inseguridad y la muerte, cuidando que no le pase nada, hasta dejarla en la puerta de su casa.
¿Qué tal? ¿Que me dice ahora? ¿Somos o no somos un pueblo pequeño, solidario y amable?
Ojo que también tenemos nuestras miserias, pero ya estamos acostumbrados a ellas.
El Cementerio de los Disidentes, la estación y ese bosque. ¡Todo es tan raro! Los artistas aparecen a montones y un sólo hombre contruye un enorme galpón en los terrenos que eran del ferrocarril y que hoy se ha convertido en un Cluster Comercial sobre Antártida Argentina.
Gente fuerte, gente de trabajo y gente rara. Esta es la fórmula, con un plus de orgullo que nos hace nombrar a cada rato el lugar donde vivimos y referenciarnos con cariño al escuchar decir a otro que tiene la misma procedencia.
No le puedo explicar más sin que conozca este pueblo. Y si todavía no se convence , volveré algún otro día con más ejemplos

1 comentario:

oconnorana dijo...

muy bueno el articulo. Me gusto mucho