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En la parte verde, el bosque de Santa Catalina
Hacia abajo, la rotonda de Llavallol
Ferrosur Roca maniobrando en Llavallol. foto Jorge Faye.
Santa Catalina es un lugar histórico y espacio natural de la Ciudad de Llavallol. El predio pertenece a la Universidad de La Plata porque la provincia le trsansfirió las tierras a Nación para nacionalizar la Facultad de Ciencias Agrarias de La Plata en el año 1905. Hoy la Universidad le a vendido a la empresa Covelia, recolectora de residuos, parte del predio para hacer un basural.
Es por esto que toda la ciudad está movilizada tratando de conservar el espacio y la salud de los habitantes de la zona y de los más de cincuenta mil alumnos que concurren a la UNLZ en el cruce de Lomas. Se sabe que contaminar el medio ambiente es un delito, pero también lo es vender tierras nacionales sin el permiso de las autoridades nacionales. Por eso los vecinos han trabajado mucho, presentando proyectos a nivel provincial y nacional, para lograr que el predio llegue a ser una reserva natural.
La lucha recién comienza. Mientras tanto debemos conservar la calma y la civilidad, recurrir a la justicia y a las intituciones y no generar actos de violencia.
Aqui pueden saber quienes son los que quieren convertir a Llavallol en un basural http://74.125.45.104/search?q=cache:aTQyUTVNaGIJ:www.sigen.gov.ar/documentacion/informes_sigen/ci_un061105.pdf+ley+4699/05&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=ar
Dijeron que:
“La libertad del otro amplía la mía hasta el infinito…”
Había una vez una fábrica.
Máquinas-operarios-manufacturas-directivos-desarrollo-producto-costo-beneficio-productividad
-oferta-demanda-velocidad. Eran mil personas haciendo mil kilómetros de tela por mes y sin embargo estaba nutrida de un espíritu artesanal. Lo que allí ocurría era algo transmitido de generación en generación, una fuente argentina de trabajo que daba vida a buena parte de la colectividad de Monte Grande y se extendía al resto del país a través de las múltiples actividades que las industrias textiles generaban.
El taller de mantenimiento de esta fábrica estaba situado en la localidad de Llavallol, Provincia de Buenos Aires, zona de industrias, campos y agriculturas. Históricamente Llavallol fue un lugar tranquilo y laborioso, resguardado por una distancia prudencial del monstruo de
Est
Había una vez un Expreso.
Salió hace muchos años. Con intenciones de paz y libertad, refugió, contuvo, agrupó… imaginó.
La Usina de Proyectos: El Expreso Imaginario rompió sus fronteras de papel en busca de otros lugares donde materializar sus fantasías y lo encontró en los fabulosos talleres de esta fábrica con máquinas y gente altamente especializada para manejarlas. De toda esa alquimia nació “
El taller era un éxito y nada parecía detener su crecimiento, pero lamentablemente no entraba en los planes globalizadores del FMI que habían condenado a muerte al aparato productivo argentino con las trágicas consecuencias que aún hoy sigue padeciendo nuestra sociedad.
Así fue que en el año 95, ese coloso industrial que durante 60 años significó Amat, se desmoronó. Todo parecía perdido. Pero el pequeño grupo de Llavallol decidió resistir.
Joaquín, desprendiéndose de su rol de directivo, se puso codo a codo con los obreros para la recuperación de la fuente de trabajo. Y en menos de seis meses se logró que
Se convirtió en una de las primeras fábricas recuperadas. Un presagio de las FaSinPat
(fábricas sin patrones ). Todo esto a despecho de amenazas, incluso un asalto de un grupo comando con armas largas...
Así se resistió durante cuatro heroicos años con amplio apoyo de la comunidad en un rango solidario que abarcó las mas diversas instituciones, extendiéndose hasta la murga “Los Caprichosos de Llavallol” o integrantes del grupo heavy metal Hermética. El proyecto de reconversión de la fábrica tuvo amplísima repercusión en los medios y fue declarado de Interés Municipal, de Interés Cultural y de Interés Provincial. Pero de nada sirvió tanto interés. Luego de cuatro años, en el año 2000, la fábrica fue rematada a un precio vil. Cabe destacar que el síndico, solamente de honorarios, se llevó un millón de pesos (dólares en ese momento), exactamente la tercera parte de los 3 millones recaudados en el remate. A los trabajadores, por su parte, solo les tocaron menos de mil pesos por cabeza luego de veinticinco años de trabajo.
¿Fin?
No. No era justo que esta historia se detenga con el cierre de la fábrica.
En esta esquina donde comenzó esta historia hace veinte años, y que milagrosamente quedó en pié, hoy volvemos a retomar el viejo proyecto del viaje en el EXPRESO LLAVALLOL, esta vez como Centro Cultural.
Por todo esto, este 1° de Mayo del 2008 lo elegimos como una fecha ideal para retomar la lucha, a pesar de todo y contra todo.
Por los sueños que nos robaron, por los sueños que nos mutilaron, va este sueño que retomamos por asalto.
La gente de la esquina